Mi amigo Pablo.

Si esa es la mejor foto que le he podido encontrar, imagínense cómo era el resto.

Bien sabe dios de sobra y basta que mi amigo Pablo tiene muchos apelativos y casi ninguno cariñoso, pero hay que destacar que no es blanco.
Cuenta la película de su vida, que no se ha rodado, que allá en el Viejo Oeste (donde Clint Eastwood se crió) un hombre a punta de pistola fecundó una esclava que fue su madre, luego se casó con otra más decente y cuando se había inyectado hasta el polvo del desierto, ensartó su libertad y la moral de la familia en una bala que lo único que voló en mil pedazos por gracia o por desgana, fue un trozo de pared. Pero a él no le gusta que lo llamen bastardo desde que mi madre le enseñó que había un eufemismo más educado para definirlo. Desde entonces le gusta que lo llamen "Hijo de padre natural.", que queda mejor en su tarjeta de visita (con un corazoncito seguido del punto).
A mí antes me gustaba decir que Pablo es una mala semilla de poeta que germinó rapero al equivocarme con el abono, pero es tan chaquetero que ya ni eso puedo, ha cambiado tan radical de música que hasta lo que escucha es escuchable.
Son famosos sus arranques de mal humor y su romance con el lavavajillas, su estrés infundado, su escasa virilidad y el exceso de pelo que le cubre todo el cuerpo.
Una vez yo me fui a la mierda que estaba en el otro hemisferio y me echó de menos, pero no me lo dijo para no hacerse daño, pero sí me dijo eso (yo tampoco lo entiendo).
Últimamente ha renunciado a morirse porque dice que es feliz, fíjense ustedes qué tontería, como si esos fueran motivos.
La verdad es que no me importa que no sea blanco, no soporte a los imbéciles, se deje lo verde de la comida apartado en un ladito del plato, lleve pantalones imposibles, sea un misógino, un misántropo, un ácrata, un traidor, un cobarde, un grosero, un abúlico, un zoofílico (ese va de relleno), un ateo y tantas otras cosas deleznables que hacen que se parezca de una manera muy irritante a mí. Y no me importa que sea todo eso mientras se mantenga alejado de Aureliano, que todos sabemos cómo terminó su única y última mascota.
No sé si he dicho ya que es negro. Aunque es bien sabido que físicamente, moralmente, diplomáticamente, en México todos los nombres son Oswaldo.

Nohombre.

2 comentarios:

  1. En méJico y en Rusia me da a mí que no has ido buscando una foto en la que salga mejor, no señor,tú has ido a por esa porque sabes que mi entrada le da mil vueltas a ésta de aquí a Lima y no podías ganarme a menos que me insultases gráficamente.

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  2. Por dios, pero si yo gano solo. Yo gano sin proponérmelo, primero porque tienes una vida más inverosímil que la mía y segundo porque luego me escribes otra entrada que incluye poemas míos muy buenos por cierto. La foto era solo un insulto gráfico más, sí, pero un insulto gratuito.

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