Retrato otoñal apenas esbozado.

Es menester retratar el agua seca en los cristales,
las hojas sucias de los almanaques,
el sonido de la cadena del váter,
los mendigos ateridos de frío,
aquel tres pies al gato callejero,
el recuerdo añejo de la infancia,
las tetas de los dinosaurios,
la guiri fea del vagón de tren,
los viajes por la mañana temprano,
las abuelas muertas, los desaparecidos, los desviados,
el tiempo inestimable del otoño,
las esposas horteras de los dictadores,
los aviones que vuelan bajito,
las excavaciones arqueológicas
que encontraron una momia
en mi corazón, la carnaza,
la ilusión de los novios nuevos,
la muerte de los viejos,
el tractor usado de mi padre,
los cuadros sin empezar en el pueblo,
la ciudad despanzurrada por la niebla,
los adolescentes de piel nacarada,
los malos recuerdos, la pesadumbre,
la música buena, instagram y sus historias,
el oro, el dinero y el tabaco,
tu prima la que estaba buena,
los gallumbos, las anginas, las paperas,
las infecciones leves de orina,
los despechos, el popper, los orgasmos,
las cosas caras, los enfados, los suicidios
perpetrados con chuchilla de seis hojas y lubricante,
la borrachera, las gordas, los payasos,
los carteles 'se traspasa', las gitanas, el telediario,
los dibujos animados, las caderas, el coño,
los tacones, las travestis, los condones,
los ojetes calvos, las películas, las caricias,
el calor de la cama, las pajas, los torreznos,
los callos, el melodrama, las pelucas,
los sintetizadores, el subnopop, los amigos,
las malas compañías, la puta discoteca, los cretinos,
los refugiados, el electrodisgusting, la burundanga,
la melena, el pan frito, las ladillas, los pestiños,
los cocodrilos, las lentejas, el chorizo, los pedos
y el olvido.