Análisis de valores.

Cuando calienta el sol.

Hasta hoy, día
veintisiete de septiembre
del año dos mil once,
en mi aburrida vida,
insignificante y nada resonante,
han existido dos mujeres,
diferentes en esencia y tonalidades,
en placeres, anatomía,
inquietudes, filias y fobias,
(alergias ninguna
gracias a dios),
disparates y enfermedades,
incluso nacionalidades.
Hablo de mujeres de amor,
quiero decir, que nada
cuentan madres o abuelas,
eso para los degenerados.

Una baja, la segunda,
(primera en escala de valores)
bastante más alta de corazón
y zancas.
Una atea, artista, se llama
Laura,
la otra ni pensarlo.
Una agua pasada,
Laura, el pan nuestro de cada día.
Una complicada, adolescente,
la otra desaparecida.
Ojos azules ambas.
Esta amor sincero,
la otra una desgracia.
El sexo mejor con la actual,
eso es así de claro.
Una padre fugitivo,
Laura padre banquero.
Una me dio mate y Charly García,
Laura felicidad palpable.
Una depresión un año
y dos semanas,
Laura diecisiete años
bien llevados.
Una tímida,
Laura anda dejando tras de sí
una estela.
Mis prioridades están claras,
me quedo donde estoy con la segunda,
que es más guapa, todo sea expuesto.

Chau.

La piel hace el hábito.



Hoy voy a soñar con que a Pedro Almodóvar lo secuestra un psicópata veterinario que resulta ser Antonio Banderas, porque viola a su adorado cerdo vietnamita y le hace una vaginoplastia y le pinta los pelos de castaño y le tapa las canas y Antonio Banderas al final lo termina convirtiendo en un cochino con piel sintética, (de esa milagrosa que no tiene ni una manchina, ni un lunar, ni un pelito, piel de esa inmune a las picaduras de mosquito) pero eso sí, hembra, y el cochino mata a dentelladas a la sirvienta que resulta ser la madre de Antonio, (que a su vez tiene otro hijo brasilero, delincuente, degenerado y feo, que se termina tirando al cerdo de Pedro) y también mata a dentelladas al propio Antonio, que resulta ser él mismo pero en cirujano desquiciado y con una familia mal lograda en accidentes absurdos que no se cree nadie, y lo pongo en la bandera de Puerco Rico sobre fondo multicolor, para que sea la insignia de nuestro país y del orgullo gay.
Bueno, o tal vez cuente corderitos.

Buenas noches.