Recuerdo infundado.

La imagen no se corresponde con el texto.
Recuerdo aquella vez que me levanté temprano... Bueno, a quién quiero engañar, esas cosas nunca le pasan a uno.

Nohombre.

La historia del negro inenarrable.

Era maquillaje.

Podría decir que no era tan negro ni tan inenarrable tal vez y sería un buen comienzo. Bastaría decir que era un gilipollas imprescindible y no habría nada más que contar. Pero la realidad es que cuando pienso en él, tengo que decirlo desde lo más hondo y sincero de mi corazón putrefacto, me siento muy orgulloso. Me siento muy orgulloso de ser el más guapo y blanco de los dos.

Nohombre.

Ah, Krahe, profeta barbado.

No todo va a ser follar: no, ya lo sé.

Ayer, a las tantas de la noche, un servidor estaba extasiado junto a Pablo y Pinta escuchando y viendo lo que hacía  y cantaba y decía y deliraba, un viejo genial de pelo escaso pero blanco y barba del mismo color, que perdía el papel donde tenía apuntadas las canciones a cantar en el mismo sitio donde lo había dejado, en el bolsillo de la camisa.
Ese viejo nos dió la noche con historias sexuales de yetis o mujeres planas que a la mañana siguiente veían despuntar el sol y el escote y otras cosas de disparatado estilo.
Pero lo mejor de la noche fue cuando Javier nos aseguró a nosotros en privado a modo de profecía inevitable y compromiso, que en un año Los Prostiputos con ese nombre facilmente venderemos un millón de discos.
Yo me lo creo a pies juntillas y amén.

Nohombre.

Prohibido fumar.

Baires, una mala tarde la tiene cualquiera.

Prohibido fumar hasta en el váter. Vuelva cuando sea una persona decente.

Nohombre.

Mi bigote.

Así me ve Leo, anclado en los 70.
Semejante mostacho era una simple llamada de atención de una noche porque han prohibido fumar en los bares (como si fuéramos gilipollas ahora hay que irse a la puerta a suicidarse), pero es de perturbados jugarse las cosas a cara o cruz y yo, como la foto lo atestigua, soy un perturbado, por eso me jugué a cara o cruz que The Prostiputos nos dejábamos el bigote y como perdimos pues es lo que hay, la broma de una noche se va a alargar un tiempo. Ya os podéis ir acostumbrando al nuevo yo que además de tenerla muy grande, la subraya. Bueno, al nuevo yo y a los nuevos The Prostiputos, que son los mismos pero a partir de ahora con bigote (pero el que la tiene más grande soy yo).
Y conste que yo sigo pensando que en esa foto hay una historia-cuento-cortometraje de asesinatos.
Por cierto, lo de que el bigote era una protesta contra la ley anti tabaco es mentira, pero se me ha ocurrido y ya que estamos me quejo, coño.
Y otra cosa voy a decir, a mí los reyes no me han traído una puta mierda.
Además, no se puede negar que estoy guapísimo.

Nohombre.

Dios.


Qué risa, imagínense que hay la más remota posibilidad de que Dios exista...

Nohombre.