Lo imposible de ti, Gaucho Blanco.



Lo imposible de ti no es tu rostro
que se despeña a media mañana, 
ni que mirarte sea hacer alpinismo
para principiantes,
no es tu tupé cardado 
de señora mayor en bata de boatiné, 
lo imposible de ti 
no es tu piel fosforescente sin un pelo, 
ni tus pies barcazas, 
ni tus manos cuarteadas
que se desconchan como casa cerrada,
lo imposible de ti, mi amor, 
no son tus huesos de gigante abandonado.

Lo mejor de ti, y más imposible, 
es tu corazón de marica peluquera de provincias,
tu amor fatal
de travesti de rotonda
que se vuelca y que se crece
en el folclor y la peineta.

Lo más imposible de todo es, ¿sabes qué?
que siendo de planetas tan distintos
haya encontrado un hermano, 
que tú me quieras y yo también.