Mi amigo Choncho.

Terrible foto, terrible representación de una persona.
Voy a escribir esta entrada para que todo quede sellado camino al dos mil once no sea que se acabe el mundo y Choncho se quede sin entrada.
Choncho es el mote vaginal que recibe mi amigo Jesús por oscuras y desconocidas razones.
Él es un ser de otro planeta con sobrepeso. Su santa madre (blanco de todos los anos del mundo que deciden defecar) no existe, él es el producto de la teoría panspermista, él es el fruto del choque de un meteorito infectado de bichos microscópicos alienígenas en la Tierra (bichos que una vez hechos a imagen y semejanza de los humanos, dominarán el mundo con su metabolismo superior capaz de beber y comer hasta siete veces más que una persona normal con padre y madre). Los padres son la panspermia.
Jesús es propenso a perder a cara o cruz y es adicto a arriesgarlo todo a cara o cruz. Su vida es la otra cara de la moneda.
Compadrea como nadie, es amigo mío, nuestro, pero también de todo el mundo, macho, de todo el mundo.
Él es uno de esos sabelotodos que detestas a muerte cuando dice la verdad porque la verdad es para los cobardes. Es tan irremediable como la verdad científica, cuándo aprenderá que la mentira poética no es la peor viva no siendo la mejor.
Algunos dicen que es un hobbit pero eso es mentira, me caiga yo muerto ahora mismo si dios ve que me río.
No quiero hablar de sus tendencias sexuales algo desviadas, porque soy un caballero y no me gusta meterme donde no me llaman (nunca mejor dicho), pero sí diré que le va a chupar el dedo gordo del pie la Blanca.
Debo admitir que es el mejor de nosotros, nos lo deja pasar todo y nos defiende, tú, a unos indefendibles e impresentables como nosotros. Él sabe que las malas compañías son las mejores y que el güisqui barato sin amigos no sabe a nada y sirve para menos.
Un día él se hará rico para que nosotros podamos vivir sin hacer nada más que lo que sabemos hacer. La vida del artista es complicada y cara, por eso él renuncia a serlo para ser  una persona de provecho y luego desaprovechar su fortuna con nosotros. A mí me va a comprar un Gran Torino.
Luego tiene sus más y sus menos, sus altos y sus bajos (más bajos que altos evidentemente) y sus por los pelos que no tiene, que eso es otra, porque de tonto no tiene un pelo, pero lo que es peor que a este paso ya mismo tampoco de listo. Y tiene tetas, que dices tú, hostia, vamos a ver, no lo quieras todo para ti, dónde vas con tetas si no tienes culo.
Su cara de circunstancia es legendaria, con eso es capaz de decir todo lo que pensamos The Prostiputos.
Qué gordo de mierda, eh. Cómo se atreve a saberlo todo, cómo se atreve a ser el mejor de nosotros, cómo se atreve a saber sobrevivir en el mundo, cómo se atreve a poner cara de circunstancia ante la adversidad y ser infeliz pero capaz de levantarse todas las mañanas con el pie izquierdo, que es el pie con el que hay que levantarse, coño. Cómo se atreve a no llorar porque dios nos ha abandonado. Cómo se atreve a ser el más maricón de todos nosotros. Cómo se atreve a comer demasiado, a beber demasiado y a fumar demasiado. Cómo se atreve a tener cuatro nombres y todos ellos empezados por J.
Gordo, llegados a este punto no veo otro remedio, me cago en tu puta madre panspermista, eso sí.

Nohombre.

Baires, confesiones dragonianas.

Embajada holandesa en Buenos Aires.
Si hay algo oscuro en la vida de todos nosotros es aquello de hacer cosas vergonzosas en ciudades desconocidas (porque total, no nos conoce nadie). Yo tuve un amor pedófilo con una estatua, pero me sedujo ella que diría Sánchez Dragó. Hacíamos el amor allí mismo al aire libre, menos mal que no pasaba mucha gente (es que no pude desanclarla del suelo), pero oiga, siempre usábamos protección. Igual tengo que decir en mi defensa que me dejó por otro turista, un brasilero de medio pelo e idioma desconocido (estos brasileros qué se habrán creído con su carnaval y su samba y sus tangas y sus cosas guays).
Nunca me recuperé de aquel amor bonaerense con olor a metal que se me incrustaba debajo de la piel. Ahora siempre paro por la calle a las estatuas a ver si alguna es ella. 
No saben la tortura que es ir a un museo.

Nohombre.

Fite tú qué tontería.

En la representación gráfica del momento, Pinta es la chica, yo soy el rubio y el caimán es el caimán.

No es por presumir (que también), pero tengo que decir, modestia aparte, que mis pesadillas son bastante originales. Porque no soy Lovecrarft, que si no me escribía unos pocos de cuentos sacados de mis pesadillas.
Antier despertaba pero no (un sueño dentro de un sueño, sensación que sirve de argumento a la película "Origen", que fui a ver al cine y me quedé atónito de la falta que le hace a Hollywood de un buen guionista) y me iba al váter, levantaba la tapa y me sacaba la churra (todo eso con los ojos cerrados) y cuando iba a empezar a mear escuchaba algo en el retrete, miraba para abajo y... UN CAIMÁN DEL TAMAÑO DE UN PASTOR ALEMÁN ABRÍA LAS FAUCES DESDE DENTRO DE MI INODORO, TÚ. Yo, por supuesto, salía despavorido gritando (previamente había guardado la curra, que no soy un exhibicionista, yo soy caballero hasta soñando)  y de una de las habitaciones de mi casa, repito, de mi casa, salía Pinta (se ve que el chaval se mudó aquel sueño a vivir conmigo) que a su vez también gritaba, pero de indignación algo así como "Pero qué quieres, si en esta casa no hay ni bañera, coño." (en mi casa hay dos baños con sus respectivos platos de ducha, pero ninguna bañera).  Así pues, llegué a la conclusión, que al contrario de lo que pudiera parecer, el caimán no había salido de las alcantarillas a través del retrete. No, lo que pasaba es que Pinta había comprado el bicho y a falta de acuario o bañera, pues ya se sabe, siempre hay un escusado para un caimán.
Ahora me da miedo irme a vivir con Pinta, que una cosa es un váter sucio como suelen estar en los pisos de estudiantes, y otra distinta es un caimán del tamaño de un elefante alemán nadando por aguas cenagosas.

Nohombre.

Servicio de caballeros.

Ángel era un caballero.


Uno está hasta los testículos de ser viejo hasta llegar al punto de no poder trasnochar porque a la mañana siguiente hay que tempranar.
Yo, por razones evidentes y otras que no lo son tanto, soy un caballero y un caballero no se levanta antes de las dos de la tarde. Un poeta (sinónimo casi siempre de caballero) no debería tener que trabajar para ganarse la vida, que es un concepto que desprecio ya solo por el hecho de llevar el verbo ganar implicado. Yo soy un fracasado, como debe ser y estoy dispuesto a demostrárselo a cualquiera que lo dude (poeta, anarquista, ateo, feo). El fracaso ennoblece causa. No tengo carisma (cualidad que decora el curriculum vitae de animales como Hitler o Mussolini o Stalin), no tengo arroje, no tengo autoestima, no tengo ambición (palabra de mierda), no soy amable, no tengo corazón (que es una víscera maricona impropia de mi condición de caballero), no quiero competir por nada (concepto inventado por las empresas llenas de hombres aburridísimos con corbata y maletín que hablan en inglés, votan al PP y saben cuánto dinero tienen y cómo lo invertirán hasta el día que se mueran) y así pues, carezco de todas las mal llamadas cualidades que harían de mí alguien de provecho y me enorgullezco de ello. No quiero ser padre de familia ni levantarme para ir a la oficina ni hacerme pajas con sentimiento de culpa ni tener un país mejor. Además, reivindico el derecho a no querer ni ser padre de familia, hacerse las pajas sin el menor sentimiento de culpa, levantarse a la hora que a uno le venga en gana, hacer con la salud individual lo que se quiera y no querer  un país mejor. Yo soy un caballero y un caballero siempre mea de pie, excepto cuando se caga en tu puta madre (frase que se me ocurrió meando en un bar y que inmediatamente apliqué a The Prostiputos porque todos somos unos caballeros).
Lo que quiero decir es que éstas nobles y fuertes convicciones están más o menos marginadas en la sociedad de mierda que vivimos y es por no querer levantarme temprano para ganarme la vida (osease, no querer dejar de ser un caballero ni abandonar mis fuertes y nobles convicciones) que todas las mujeres me abandonan sin darme tiempo a mí a abandonarlas primero.

Nohombre.

Indignación grande.

Por si alguien no lo sabe, el tabaco mata.
Han subido cuarenta céntimos el tabaco. ¡Cuarenta céntimos, señores! Que puede parecer algo insignificante, pero son cuarenta céntimos que tengo de menos y que antes tenía de más, a mí que me dejen de tonterías.
En qué clase de mundo vivimos en que ya no sale rentable ni  morirse. ¿Qué pasa, que la corrección política (que a mi modo de ver es una mariconada con perdón de los maricones que son menos maricones que la corrección política) hace que se suban el tabaco para intentar persuadirnos de que dejemos de fumar porque morirse está muy mal visto? ¿Qué pasa, que tenemos que ir al gimnasio (otra mariconada) y comer verduritas y tomar Acuarius y no fumar ni drogarnos ni beber ni follar ni nada de nada? Venga ya, hombre, que la vida así no sé si será más larga, lo que sí sé es que se me hará mucho más larga. Basta ya de campañas antitabaco, porque yo no voy por ahí diciéndole a la gente que no fuma que fume, que verás qué bien se muere uno. El que no se quiera morir que no fume, que no beba, que no folle, que rece todas las noches antes de acostarse por una vida plena, que no conduzca, que se lave las manos antes de comer o que haga lo que le salga de los cojones en general, pero a mí que no me jodan, coño, que ahora va a resultar que vivimos en un país libre en el que uno no puede decidir lo que quiere hacer con su vida o mejor dicho, con su muerte.

Fumar mata o en el peor de los casos te deja en semejante estado.

Lo dicho, ahora es cuarenta céntimos más caro morirse, ya mismo no sale a cuentas. Yo que la muerte me hacía Inspector de Sanidad.


Nohombre.

Viajeros al tren.

El futuro de mierda.

Hace uno o dos meses (no pidan exactitud en mis historias), veníamos Pinta, Milagros y yo en un tren desde Málaga por razones indecentes que no vienen a cuento. Un tren nuevo, razón por la que yo que estoy acostumbrado a los trenes de la posguerra que hacen la línea Granada-Algeciras, quedé fascinado por la voz femenina de megafonía que informaba que el tren disponía de máquinas expendedoras de comida. Allá que fuimos Pinta y yo (estábamos resacosos y desfallecidos), y ya volvíamos defraudados por la vida en general y por la máquina expendedora que no expendía un carajo porque estaba apagada en particular, cuando pasamos por delante de la puerta del váter (sí, señores, váter, WC, urinario, escusado, servicio, retrete, tigre, meaero, trono...), una puerta de váter futurista (aquello era una puerta al futuro de la escatología humana, una puerta irresistible en definitiva). Una puerta cilíndrica, hostias, cilíndrica, y para colmo se abría con un botón como el de los ascensores. Yo que estaba a un costado de la puerta mirando el botón maravilloso, no tuve más remedio que pulsarlo (porque nunca entendí que a un gato se le pueda matar con un sentimiento como es la curiosidad y de todos modos si se puede hacer, en qué me afecta a mí un gato muerto). La puerta se abrió corriéndose hacia el interior de la pared, y tras unos segundos de incertidumbre en los que no pasó nada absolutamente y el los que yo creí que iba a salir humo del interior cual Lluvia de Estrellas (programa mítico que traumatizó a toda una generación, mi generación), pasó una cosa sensacional. Dentro del baño nos encontramos una visión cuanto menos irreal: una chica que debía estar meando y que había olvidado echar el cerrojo, se medio levantaba de su trono maravilloso y mientras con la mano izquierda se subía como podía el pantalón y las bragas (Pinta dice que eran negras, yo no las vi) y se intentaba tapar la vergüenzas físicas pues las morales ya era imposible, gritaba noes desesperados y nos extendía la mano derecha con la palma abierta en clara señal de stop. Dije un "lo siento" muy apurado y ella (ella sí que estaba apurada) dijo un " no pasa nada" con cara de susto (la mentira más bonita que me han dicho nunca). Me fui entre avergonzado y desternillado. Pinta quedó dándole al botón como un idiota unos segundos, luego me siguió diciendo que la puerta no se cerraba. Estuvimos riendo dos horas sentados junto a la pobre Milagros que se lo pedió todo por no querer nada de la máquina expendedora que al final no expendía.

De ésto hace unos meses como ya he dicho, bueno, pues ayer me enteré por boca de mi madre que no soy el único de la familia con tendencias voageur involuntarias. Me contó que mi padre tenía mi misma edad cuando se subió al tejado de la casa de su hermana a arreglar la antena de la tele y al asomarse por el filo al patio de la casa colindante, encontró a la vecina como su santa madre la trajo al mundo pero con más curvas y más vello donde el vello es bello. La mujer se asustó, se tapó como pudo y salió corriendo hacia el interior de la casa gritando, mi padre arregló la antena y cuando se bajó del tejado declaró como todo un caballero: "Pues estaba hasta buena la tía".

Pues eso, Pinta estará de acuerdo conmigo en que como diría mi padre: nuestra misteriosa del tren estaba como para parar un tren de cercanías.

Nohombre.

Mi amigo Pablo.

Si esa es la mejor foto que le he podido encontrar, imagínense cómo era el resto.

Bien sabe dios de sobra y basta que mi amigo Pablo tiene muchos apelativos y casi ninguno cariñoso, pero hay que destacar que no es blanco.
Cuenta la película de su vida, que no se ha rodado, que allá en el Viejo Oeste (donde Clint Eastwood se crió) un hombre a punta de pistola fecundó una esclava que fue su madre, luego se casó con otra más decente y cuando se había inyectado hasta el polvo del desierto, ensartó su libertad y la moral de la familia en una bala que lo único que voló en mil pedazos por gracia o por desgana, fue un trozo de pared. Pero a él no le gusta que lo llamen bastardo desde que mi madre le enseñó que había un eufemismo más educado para definirlo. Desde entonces le gusta que lo llamen "Hijo de padre natural.", que queda mejor en su tarjeta de visita (con un corazoncito seguido del punto).
A mí antes me gustaba decir que Pablo es una mala semilla de poeta que germinó rapero al equivocarme con el abono, pero es tan chaquetero que ya ni eso puedo, ha cambiado tan radical de música que hasta lo que escucha es escuchable.
Son famosos sus arranques de mal humor y su romance con el lavavajillas, su estrés infundado, su escasa virilidad y el exceso de pelo que le cubre todo el cuerpo.
Una vez yo me fui a la mierda que estaba en el otro hemisferio y me echó de menos, pero no me lo dijo para no hacerse daño, pero sí me dijo eso (yo tampoco lo entiendo).
Últimamente ha renunciado a morirse porque dice que es feliz, fíjense ustedes qué tontería, como si esos fueran motivos.
La verdad es que no me importa que no sea blanco, no soporte a los imbéciles, se deje lo verde de la comida apartado en un ladito del plato, lleve pantalones imposibles, sea un misógino, un misántropo, un ácrata, un traidor, un cobarde, un grosero, un abúlico, un zoofílico (ese va de relleno), un ateo y tantas otras cosas deleznables que hacen que se parezca de una manera muy irritante a mí. Y no me importa que sea todo eso mientras se mantenga alejado de Aureliano, que todos sabemos cómo terminó su única y última mascota.
No sé si he dicho ya que es negro. Aunque es bien sabido que físicamente, moralmente, diplomáticamente, en México todos los nombres son Oswaldo.

Nohombre.

Siguiente blog>>

Me da miedo pulsar ahí, eso es lo desconocido, como la oscuridad, el más allá.


Y al final pulsé, no pude evitarlo y se cumplió la ley de dios. Ah, qué amarga fue mi pena.


Nohombre.

Visto desde fuera.

Gentileza de Mi amigo Guillermo, que será otra entrada (tengo que dejar de hacer amigos en la sala de espera de psiquiatra).
Dicen las malas lenguas, que si me llaman Alvarito me transformo en una tortuga gigante mitad Aureliano, mitad yo, como el dibujo y le arranco al culpable la cabeza de un mordisco para luego escupirla y volverla a tragar con deleite. Digo "dicen" porque yo por supuesto no recuerdo nunca nada... Esas lagunas mentales son las que usan mis amigos para justificar que de verdad digievoluciono, pero yo creo que lo que pasa es que me adulteran los cigarrillos, me obligan a hacer cosas absurdas y lamentables y luego yo no recuerdo nada.

Nohombre.

Aureliano, hijo pródigo.

Acaba de aparecer Aureliano.
No me quiere contar qué ha estado haciendo fuera de casa, pero sospecho que no estaba muerto, estaba de parranda.
Por cierto, dios, me vas a perdonar  pero no pienso creer en ti porque no me sale de los cojones y mucho menos dar dinero para el DOMUN, estamos locos o qué.
Aureliano debajo del caparazón tiene un corazón como un armario empotrao y ha vuelto para que no me sienta solo.

Nohombre.

Mi amigo Pinta.

En la foto parece que le faltara la recompensa pero tengo que decir que en realidad tampoco es buena gente.

Mi amigo Pinta en realidad no se llama Pinta, se llama Antonio, pero dicen que si pronuncias ese nombre en su presencia a ciertas horas indeterminadas del día que según algunos cambian a su antojo, se convierte en un erizo gigante que te arranca la cabeza de un mordisco y luego la escupe para luego volver a tragársela con placer. Esto que puede parecer solo un burdo rumor, es sin embargo el motivo por el que nunca pronunciamos su nombre delante de él (ni detrás) no sea que perdamos la testa que nos sirve de adorno  más que nada, pero que es, no obstante, muy nuestra.
Pinta es un Prostiputo (grupo que creamos un día con otros amigos para hacer música, hoy ya no nos empeñamos en hacer música sino en perder el tiempo) y como tal tiene una honra que salvaguardar, por eso es chaval de pocas palabras. Si  no habla no es porque no tenga nada que decir, lo que pasa es que así no cansa las mandíbulas por si se tiene que transformar en un erizo gigante y arrancar alguna cabeza para luego escupirla y volverla a tragar con placer.
Él no fue concebido, él surgió por generación espontánea, teoría que puede parecer inverosímil, pero si uno lo conoce bien se ve que es plausible ya que su vida no tiene ni pies ni cabeza, como esta entrada.
Nunca habla de su familia (ni de nada como ya he dicho), algunos creen que todos los miembros de tal fueron ahogados en el río de Torró por un oso pardo y luego él fue adoptado por susodicho animal peludo (y no quiero comparaciones), yo no sé qué creer a estas alturas.
Pinta no va en tren, no va en avión, últimamente va en plato volador.
El amor eterno para él dura tres semanas como mucho, o por lo menos en ese tiempo es cuando le suelen dar calabazas.
Por cierto, no me gustan sus zapatillas y lo digo sin el menor ánimo de lucro.

Nohombre.

No llores por mí, Aureliano.

Ayer Aureliano desapareció.
Estoy preocupado. A veces lo hace porque se va de putas o como diría mi madre "mujeres de moral distraída" (los eufemismos de mi madre son la hostia, me gusta especialmente ese de "ir a obrar" para ir a cagar, aunque no lo termino de entender, a lo mejor consiste en alicatar el baño mientras se defeca), pero nunca tarda más de cuatro horas. Temo que lo haya raptado la mafia china para vender sus órganos en un supermercado, tortura china pa ti.

Nohombre.