Historia de amor solo contada por los derrotados.

Sabes eso de que te invitan a una fiesta y que se acaba la cerveza a las dos y sales a la calle porque no hay cerveza y porque quieres comprar tabaco, hace frío, empiezas a andar por una ciudad que no tiene las calles puestas a esa hora, el chino está cerrado y sigues caminando hasta el siguiente que también está cerrado mas no te rindes y llegas a un casino con moqueta, que está chapando, la camarera tiene una fregona en la mano que no sabes para qué usará porque es incompatible con la moqueta, pero te deja usar la máquina del tabaco, así que decides olvidarte de su fregona y su chaquetita roja sangre de uniforme con una de esas plaquitas plateadas de plástico con un nombre completamente olvidable, de sus mechas baratas y de su cara bronceada, arrugada e infeliz, sales de nuevo a la calle fría que te parece que huele a gloria porque tu olfato estaba saturado del olor de ambientador del casino, o acaso era un bingo, qué te importa, no importa ni que el tabaco es de la marca que compras más barata siempre que no hay tu marca, eres de la banda de los de perdidos al río, el tabaco no te mata, ni esa marca ni ninguna otra, pero llegado ese momento te preguntas qué será mejor, si seguir calle abajo a los bares, porque evidente es que no vas a volver a la fiesta de mierda, seguir caminando calle abajo piensas, hacia los bares, o subir hasta la casa y sentarte derrotado a mirar la tele en la que no van a echar nada y soportar con amor inmerecido la indiferencia de una gata que se llama Marilyn por la Marilyn Manson y no la otra, la rubia y perfecta que todo el mundo ama y adora, así que sin saber por qué bajas y bajas hasta que entras en un bar de esos que tienen seguratas en la puerta y sello en la muñeca para que la peña no se cuele, pero al entrar encuentras a quien no quieres ver y vuelves a salir a la calle, aunque ahora usas la puerta de atrás, la otra puerta, subes la calle y llegas a casa con tu gato y con una tele que mejor sería mirar el gotelé hasta que te sangren los ojos, queda anís del mono, no demasiado ni suficiente, acaso no es eso mejor que un pinchazo en un ojo con un palo afilado, te dices, te lo bebes y apagas la luz hasta mañana porque ésta ha sido la historia de amor olvidable y horrible que con la vida has tenido hoy, podría ser peor y es verdad, podrías ser peor, fíjate si fueras un refugiado de una guerra de mierda que vives en un campamento fangoso donde todo el mundo pasa necesidades, lo que pasa es que no te consuela y piensas que al menos no es el principio de la historia, sino que ya vendrán tiempos mejores y luego peores, es cierto, coño, que el que no se consuela es porque no quiere, así que tal vez mejores, porque el pesimismo no existe, el pesimismo se ha suicidado y tal vez el optimismo también, no te queda nada y te has quedado solo, calavera.


Respuesta a esta entrada del blog de David:
http://myfirstnameisamess.blogspot.es/1465925172/historia-de-amor/

Malos tiempos para la lírica.

¿Te acuerdas aquel verso:
‘fueron tiempos duros, no te haces una idea’?


Pues igual:
las noches son lo más duro, no te haces una idea.