NOSOTROS SOMOS CONTINGENTES, PERO EL HUMOR DE JOSÉ LUIS CUERDA ES NECESARIO.


Cuando se habla del cine de humor en España, es imposible hacerlo sin hablar de la obra cumbre de la llamada comedia absurda de este país (aunque este término tenga su propio debate en el que no entraré): ‘Amanece que no es poco’ (1989), la gema rutilante y central de la trilogía iniciada por ‘Total’ (1983) y cerrada por ‘Así en el cielo como en la tierra’ (1995). 
Esta cinta, rodada en Albacete, está sacada de las cinco horas de guiones que el director José Luis Cuerda escribió por encargo para una serie de televisión con la misma línea narrativa de ‘Total’, que al final nunca se llevó a término. 
Surrealista, esperpéntica y costumbrista, se puede considerar que la cinta tiene un esquema de wenster, dado que dos forasteros llegan a un pueblo y se enfrentan a los problemas de sus habitantes, pero en este caso no se van al final habiéndolos arreglado, todo lo contrario. Este marco nos sirve para retratar desde el humor particular e ilógico de sus diálogos, la España más profunda, sus creencias y sus clichés, sin perder el punto de vista intelectual.
Los personajes giran entorno a las autoridades típicas de un pueblo del franquismo o principios de la transición como son: el cura, el alcalde o el guardia civil, u otros clichés como el borracho, la puta o incluso el negro, pero al ser tratados desde la ironía más absoluta y el absurdo, el espectador desde el inicio entiende que el comportamiento de estos, es lo que hace aparecer la carcajada. Estos personajes se ven involucrados en unas situaciones inverosímiles como la votación de los papeles femeninos en el pueblo, el ahorcamiento del alcalde, o el nacimiento de un hombre en el bancal. Y teniendo en cuenta la manera ilógica de contar todo esto, podemos considerarla una cinta surrealista aunque su autor se haya negado varias veces a etiquetarla así.
El reparto coral de la película ha sido considerado por el maestro Luis García Berlanga, como el mejor reparto de la historia del cine español, y acaso no es exagerar, porque a parte de los personajes secundarios, interpretados por propios habitantes de los pueblos que sirvieron de escenario a la cinta (Ayna, Molinicos y Lietor), sus personajes son interpretados por más de 40 actores de primera línea, como Antonio Resines, Luis Ciges, Manuel Alexandre, José Sazatornil, Fernando Valverde, Aurora Bautista, Gabino Diego, Rafael Alonso, Chus Lampreave, Guillermo Montesinos, Enrique Sanfrancisco, Pastora Vega, Luis Pérez Aguas o María Isbert entre otros.
El rodaje fue complicado, dado el escaso presupuesto y el poco tiempo del que disponían, seis semanas de las que algunos días se vieron obligados a rodar hasta 28 planos. También era complicado para los actores que tenían que desplazarse desde esa zona mal comunicada de la España de los años ochenta hasta Madrid y viceversa, y que las temperaturas diurnas eran asfixiantes y las nocturnas tremendamente gélidas.
En el momento de su estreno, tal vez porque no se ajustaba al tipo de cine moderno y cosmopolita que estaba de moda en la época, la crítica arremetió con dureza contra ella al igual que hiciera anteriormente con la primera película de la trilogía, y el público tampoco la comprendió, recaudando así unos escuetos 80 millones de pesetas que solo cubrieron gastos, y siendo retirada de la cartelera con rapidez. Sin embargo, el paso del tiempo ha sabido limpiarle la cara a esta obra maestra y hoy día es una obra de culto, pocas películas pueden presumir de haber influenciado a varias generaciones o de tener club de fans, o incluso de que haya gente que se sepa todos los diálogos de memoria, porque esta es la película que más frases ha dado a la memoria cultural de este país indudablemente, cuando lo normal es que de una buena película se recuerden una o dos frases. Tanto es así, que entre los que se confiesan herederos de este humor se encuentran humoristas de la talla de Los Chanantes, con sus programas ‘La hora chanante’, ‘Muchachada nui', ‘Museo Coconut’ o ‘Retorno a Lilifor’.
Tanta es la influencia de ‘Amanece que no es poco’, que aunque en otros países es habitual que los escenarios de las películas famosas sean visitados y aquí con pocas películas pase, los amanecistas son legión y los tres pueblos han creado una ruta, unos museos y unas quedadas todos los años para quien quiera conocer cómo se rodó esta obra de arte.
Sus reconocimientos son abundantes: mejor película española de los últimos sesenta años según la Seminci de Valladolid o la decimoquinta mejor comedia de todos los tiempos, por encima incluso de ‘El Verdugo’ según la revista Cinema. Todo un fenómeno de masas a destiempo, esta película de Cuerda, es considerada ahora su obra cumbre.
Y así ahora, José Luis Cuerda se pasea por las universidades haciendo coloquios con los alumnos después de hacer un visionado de la cinta, e incluso hace poco se han publicado los guiones originales.