Mi amiga Virginia.

Imitando a aquella ídolo de los setenta.
Virginia es el amor
de mi vida y de la nuestra,
y la de tantos otros.
Virginia ni adelgaza
ni se empresta
ni se embarca
en empresa mayor
ni embarga besos
por falta de pago.
Virginia presumida,
azul celeste, rubia puta y lista,
guapa más que siempre.
Qué dos tetas
aun siendo más que eso.
Virginia inabarcable,
sustancia y recipiente,
corazón, alma llorona,
sonrisa de plata,
desazón suficiente,
aceite de rosa mosqueta
cura cicatrices.
Virginia es un ángel dodo
con pico de oro.
Virginia, des y amor de poetas
rotos.
Virginia es hoy
y, aún resentida,
el mañana se lo banca.
Olor a tabaco,
ñoña y real,
espesura el ancho mar,
eructa primores,
anda jaquetona.
Se escapa por los dientes.
Virginia consume y resume,
diosa atea, musa en desgracia,
bizcochito de cielo,
siete vidas tiene un gato,
cal y veneno.
Tan joven
que la vida es suya
y se acaba en ella sin remedio.
Dios la guarde
más que al tiempo.

Chau.

3 comentarios:

  1. mira que he pensao en qué decirte del poema y no se me ocurría y no y no...
    po vino sola el otro día la respuesta perfecta:

    VAYA

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  2. Yo esperaba un comentario más tipo: Álvaro, eres un hombre maravilloso y deseo fervientemente que me hagas tuya. Pero el vaya también me vale.

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